sábado, 25 de junio de 2011

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Tenía unas antiguas gafas clubmaster encima de la mesa,un everest de libros iguales con forros de cuero dorados, los títulos apenas se apreciaban,habían desaparecido por el sol.A la izquieda una pluma bañada en oro llena de tinta negra,una libreta de tapa granate medio abierta con páginas amarillentas causadas por el paso del tiempo.Unos sellos con paisajes areniscos y caras que cualquier historiador podría reconocer. Sellos de todos los tamaños y con todo tipo de cortes. Sellos sin utilizar y caducados...Un reloj de borde dorado y esfera blanca con tres horas de retraso ,un Tissot que apenas llegaba al siglo XXI.Una maleta desecha con corbatas rojo tejado y negras con lunares blanco roto. Un chaleco marrón a cuadros azul marino y camisas de color safari. Una colonia de marca francesa con un bote verde botella cuya frescura se notaba desde la habitación de al lado coral polvorienta .En el suelo un maletín simulando ser de piel de serpiente. Una puerta entornada y una ventana con vistas a un jardín descuidado cual selva donde la luz del atardecer hacía de ese espacio una película de los ochenta.Un vinilo de David Bowie junto a una silla austriaca de origen burgués. Orquídeas secas expandidas ,un vestido porcelana y unos pantalones caramelizados tirados en una alfombra naranja oscura junto a una cama desecha , abandonada por las luces de la guerra.


María Martínez Marimón

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