jueves, 20 de octubre de 2011



Estoy llena de vida, no me para el sueño ni el recuerdo ,puedo pasearme por los jardines de Sabatini y no fijarme en lo verde que es el césped, si  es el césped lo que quiero hacer desaparecer de mi vida. Demasiado incómodo para mí, deseo en su lugar tulipanes. Decreté entonces descartar la noche de mi vida, he decidido que no me gusta el romanticismo, atonta a la gente ,no es algo que precisamente ahora me defina. La noche es tristemente alegre, prefiero la presencia del sol, que la de la luna. De hecho la luna se ve gracias a él. No quiero el gris en mi existencia. Reemplazo las estrellas por el reflejo de las nubes en el mar. En las cuevas quiero ver luciérnagas que ayuden a revelar todo lo que en ellas se esconde. No quiero mentiras. No quiero leyendas. Quiero una vida selecta. No soy Hitler, pero no me gustan las arañas. 

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